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Un asunto pendiente. John Katzenbach

  • Bárbara Lizasoain
  • 20 jun 2016
  • 2 Min. de lectura


John Katzenbach, en su gran estilo de misterio y suspenso, nos brinda una historia de redención saboteada, de venganza consumada y odio puro.


Si bien, en mi opinión, este libro no es tan adictivo y envolvente como otros que ha escrito, te empuja a leerlo hasta el final para ver qué acciones tomará esta familia y si finalmente podrán dejar todo el pasado atrás.


Ambientado en la época de los 60’s, Megan y Duncan –una pareja de adolecentes enamorados –se ven envueltos en los motines de resistencia anti guerra, bajo el embrujo de la líder del grupo llamada Tanya. Ella los incita a tomar acciones en contra de los capitalistas, en la forma de un robo al banco de la ciudad, con el objetivo de que no pudieran seguir costeando las armas para la guerra. Aunque con el desarrollo de la historia nos queda claro que lo único que le interesaba (aunque intentase convencerse de lo contrario) era obtener una suma cuantiosa de dinero, para salir del país a un lugar cálido y vivir tranquila.


Después de mucho tiempo planificando y convenciéndose unos a otros de lo que iban a hacer, llega el día de la acción, donde Megan batalla si decirle o no a Duncan que están esperando un bebé. Finalmente salen según lo planeado, pero al comenzar el atraco todo sale mal, logrando Duncan y Megan escapar y formar una vida cómoda dentro de la sociedad, dejando todo su pasado atrás.


Es ahí donde volvemos a encontrar a Tanya, cuando la familia de Duncan y Megan ya ha crecido, luego de 18 años de estar en prisión rumiando su venganza contra la feliz pareja por haberla dejado abandonada el día en que perdió todos sus sueños, secuestrando al abuelo Tomy y al nieto del mismo nombre.


Aquí entramos en una historia de persecuciones y castigos, donde podemos ver a la familia de Megan acorralada y teniendo que destapar historias que preferirían no haber tenido que desempolvar nunca más.


Una de las cosas que esperé leer en algún momento, fue la respuesta de Duncan o Megan hacia Tanya, la que a mi parecer merecía, del tipo: “Nosotros a ti no te obligamos a nada, si tu quisiste robar y te quieres convencer de que lo hiciste por motivos loables, allá tú. Pero debieras admitir, si no a nosotros, al menos a ti misma, de que la única razón de robar el banco era hacerte millonaria. Nosotros hemos trabajado por ganarnos nuestro dinero, y ahora nos lo quieres robar también, ¿para qué? ¿No es para tomar tu parte e irte y vivir tranquila?”. Me molestó un poco esa falta de respuesta. El poder llegar a la conclusión de que si quieres algo debes trabajar por eso, y no esto que piensan muchos de que otros te los tienen que entregar por derecho divino.


Es una historia típica, pero con varios matices que la hacen distinta a lo que tanto leemos en este género, siendo John Katzenbach uno de los mejores en continuar con el suspenso y cambiar las cosas a las que estamos acostumbrados a leer.


 
 
 

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